jueves, 9 de diciembre de 2010

"como el agua cristalina Señor, más claro que el azul resplandeciente de una mañana de verano, Puede ud. confiar en mí, Señor"

Mientras andábamos por el borde del muelle, iba yo aparentemente tranquilo. Pero cavilando todo el tiempo: así que Georgi seria ahora el general, dictando lo que teníamos que hacer o no hacer, y Dim su perro faldero de sonrisa boba. Pero de repente caí en la cuenta que el pensar es para los atristos y que los ominosos cuentan con la inspiración y con lo que el Deñor manda. Porque ahora venia en mi ayuda una música deliciosa, había una ventana abierta, con un tocadiscos en marcha, y en seguida videé el camino a seguir…

1 comentario:

  1. Querida, hace un mes te mandé un correo. Como no es propio de ti no contestar a los mensajes, se me ha ocurrido que podría haberte pasado algo; espero que no.

    En todo caso me gustaría seguir en contacto contigo y no tengas reparo en negarte a colaborar conmigo, soy comprensiva y lo sabes.

    Un saludo sincero.

    ResponderEliminar